Te invitamos a leer un nuevo artículo de Laia Altarriba en nuestro blog “La peor epidemia”, acompañado de infografías sobre desigualdades en salud, inversión en AOD, otros gastos evitables y expolio del continente africano.
En 2008 la crisis comenzó a golpear duramente la economía española y catalana. Después de años de crecimiento y mejoras económicas, los gobernantes dijeron que tocaba apretarse el cinturón ante la llegada de una dura recesión. Recortes en los presupuestos públicos para la sanidad y la educación, reducción de plantillas, desempleo, precarización laboral. En un contexto así, ¿cómo justificar las partidas dirigidas a la cooperación con los países empobrecidos? Y nos dijeron que primero había que ayudar a los de casa, salir del agujero, y luego ya tocaría mirar hacia fuera.
La consecuencia: la AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) de España ha pasado de más de 6.570 millones de euros en 2009 a sólo 1.600 millones de euros en 2014 (Informe 2015 “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria“). Pero la aportación oficial no sólo ha bajado en números totales, sino que ha sufrido un recorte drástico también en porcentaje: si en 2009 la aportación suponía el 0,45% de la RNB (Renta Nacional Básica), en 2014 el porcentaje se redujo hasta el 0,15% de la RNB. El tijeretazo también ha sido muy duro en las cuentas de la Generalidad de Cataluña: de 57,30 millones de euros en 2009 a 14,34 en 2014.
Pero el discurso que justifica el recorte en cooperación esconde varias trampas, porque la reducción ha sido mucho más profunda en este ámbito que en otras partidas, algunas de las cuales incluso han crecido. Y porque la doble moral provoca que, mientras negamos el apoyo a países donde sufren hambre, desnutrición y enfermedades curables, empresas transnacionales radicadas en nuestro país (muchas de las cuales eluden impuestos) expolian las zonas del planeta más empobrecidas.
Puedes leer el artículo entero aquí (en catalán).