El pasado día 11 estrenábamos la campaña y el vídeo manifiesto #PorelDerechoalaSalud para reivindicar que la salud es un derecho humano fundamental y que hay que redoblar los esfuerzos para promoverlo en todo el mundo. Para reflexionar sobre qué significa la defensa del derecho a la salud hoy en día, cuando en los países del sur se impide la construcción de sistemas públicos de salud, mientras en el norte se desmantelan los que ya tenemos y se privatiza y mercantiliza la salud, conversaremos con personas que nos acompañan, de una manera u otra, en esta lucha que iniciamos hace ya 52 años.
Y hoy conversamos con María Angélica Toro Rojas, la coordinadora del proyecto de Salud Sexual y Reproductiva que desarrollamos en Riberalta, Bolivia, acerca de la salud y los esfuerzos para mejorarla en el país andino.
¿El sistema de salud de Bolivia se puede considerar de cobertura universal?
En la Constitución Política del Estado, la salud está reconocida como un derecho y por lo tanto se debe garantizar el acceso gratuito al servicio de salud para toda la población, pero aunque se procura reducir la brecha en este acceso a la atención primaria, la atención gratuita sigue estando reducida a determinados grupos vulnerables.
¿Y cuáles son estos grupos, quien accede gratuitamente y a qué servicios?
Principalmente los niños y niñas menores de 5 años, las mujeres embarazadas desde el inicio de la gestación hasta los seis meses después del parto, las personas mayores de 60 años y las personas con discapacidad. Y también las prestaciones de programas de Tuberculosis, Chagas y Malaria.
Acceden gratuitamente al programa de vacunas, el control de crecimiento infantil, servicios de salud sexual y reproductiva, odontología, consultas externas, internación, laboratorios, rayos x y a medicación.
Comentas que se trabaja para reducir la brecha en el acceso… ¿Se han visto mejoras en el acceso a la salud y en el nivel de salud en los últimos años?
Si nos remitimos a los propios datos del Ministerio sigue existiendo una gran brecha: el 77% de la población boliviana no tiene acceso al sistema formal de salud. El 60% de esta exclusión se debe a barreras externas al sistema (acceso a educación y agua, la calidad de la vivienda, el nivel económico, ser indígena y vivir en el área rural) mientras que el 40% responde a barreras internas (la dotación de recursos humanos e infraestructura, la cobertura de los servicios de vacunación y la cobertura de la seguridad social).
El sistema sigue fragmentado, hay una gran diferencia de acceso entre las zonas rurales y las urbanas. Bolivia es uno de los países de América Latina y el Caribe con uno de los niveles más bajos de gasto en salud pública (medido en porcentaje del PIB). Asimismo, la mejora sanitaria es la más baja de la región, siendo el segundo peor después de Haití.
medicusmundi lleva tiempo trabajando en el país ¿cómo incide el actual proyecto de medicusmundi en el municipio de Riberalta en este acceso a la salud del qué hablamos?
Se trata de un proyecto orientado a fortalecer los servicios de Salud Sexual y Reproductiva (SSR), tanto en la oferta como en la demanda.
Para para mejorar la demanda de servicios por parte de las mujeres se trabaja con ellas, sobre todo con las más vulnerables, para que conozcan sus derechos así como los servicios existentes.
Y para fortalecer la oferta de servicios, se trabaja con un enfoque intersectorial, intentando que todos los actores implicados (alcaldía, Concejo Municipal, Educación y Defensorías) se involucren y sean corresponsables en esta mejora. Otro punto clave es la formación del personal de salud, para mejorar la calidad de la atención y contribuir así a disminuir la mortalidad materna e infantil.
¿Por qué este proyecto en Riberalta, cuál es la realidad de los derechos sexuales y reproductivos en la zona?
Hay muchos casos de embarazos en adolescentes, poco acceso a la planificación familiar, un débil seguimiento y tratamiento de los casos de cáncer de cuello uterino, bastante habituales y, lo más significativo, un incremento de la mortalidad neonatal.
Ante esta situación, los temas vinculados a la SSR son una prioridad para la red de salud. El Directorio Local de Salud (DILOS), con quien trabajamos en la zona, durante el 2013 aprobó una resolución que garantiza recursos para campañas de prevención del cáncer de cuello uterino. Asimismo, con nuestra intervención en el 2014 se logró la aprobación de una resolución municipal que obliga a Gobierno Municipal a destinar más recursos para los servicios de SSR. Seguiremos muy atentos el cumplimiento de estas medidas.
Bolivia es un país pluricultural y multiétnico ¿Qué papel juega la interculturalidad en relación a la salud sexual y reproductiva?
Efectivamente, Bolivia posee un patrimonio de ritualidad y cosmovisión diferente para cada región, es clave entenderlo para tratar la salud y, en especial, para la atención en la SSR. Hay que adentrarse en su concepción del mundo, en su concepto de salud-enfermedad. Por eso se están recuperando prácticas familiares y comunitarias, por ejemplo, del proceso del parto, se adecuan las salas de parto y los procedimientos de la atención, desde la cosmovisión de las mujeres, respetando el derecho a decidir sobre su cuerpo, lo que ayuda a reducir cada vez más las brechas en el acceso a los servicios debido a temas culturales.
También con el enfoque intercultural que comentaba antes, se trabaja la sensibilización del personal de salud para lograr verdaderamente un proceso de intercambio de los conocimientos y prácticas culturales de la medicina tradicional y la medicina biomédica.
Conocer los saberes de las comunidades y el imaginario colectivo, por ejemplo, en el tema de la anticoncepción, implica desmontar algunas creencias sobre efectos negativos de algunos métodos anticonceptivos, o abordar la orientación tomando en cuenta las creencias religiosas, es básico para lograr un mayor acercamiento y confianza de las mujeres hacia los servicios de salud y sus profesionales.
¿Y como se contemplan estos aspectos en las políticas sanitarias?
En 2008 se aprobó la política SAFCI, que constituye el marco general del funcionamiento del sistema nacional de salud, y se basa en 4 principios fundamentales en la gestión y atención de la salud: la intersectorialidad, entendiendo que la salud abarca a los distintos sectores que determinan y condicionan la salud. La integralidad para hacer una atención que no solo tome en cuenta al individuo sino en relación a la familia y a su entorno social, la participación social, con la organización de una estructura social de salud que promueva la participación de las comunidades en la planificación, ejecución y administración en salud. Y por último, la interculturalidad que reconozca los conocimientos ancestrales y prácticas culturales, para que se incluyan como una parte complementaria en la atención de la salud.
Desde medicusmundi suscribimos totalmente estos cuatro principios que nos explica María Angélica y seguiremos trabajando para que se implanten en todos los sistemas de salud, para hacerlos más incluyentes, respetuosos y, en definitiva, mejores.