El pasado miércoles estrenábamos la campaña y el video manifiesto #PorelDerechoalaSalud para reivindicar que la salud es un derecho humano fundamental y que hay que redoblar los esfuerzos para promoverlo en todo el mundo. Para reflexionar sobre qué significa la defensa del derecho a la salud hoy en día, cuando en los países del sur se impide la construcción de sistemas públicos de salud, mientras en el norte se desmantelan los que ya tenemos y se privatiza y mercantiliza la salud, conversaremos con personas que nos acompañan, de una manera u otra, en esta lucha que iniciamos hace ya 52 años.
Y hoy hablamos de activismo y voluntariado con Laia Pibernat Mir, apasionada del mundo de la salud, se dedica a este sector tanto desde el ámbito académico (investigación y docencia), como técnico-profesional (en ONGs), y en movimientos sociales, intentando siempre difuminar las barreras y acercar todas las vertientes. Laia es licenciada en Biología Humana por la UPF y Máster en Antropología Médica y Salud Internacional por la URV, miembro de RAMA (grupo de investigación social aplicada a la salud) y de MARC (Centro de Investigación Antropología Médica, siglas en catalán); forma parte del Movimiento para la Salud de los Pueblos (PHM, siglas en inglés) y es colaboradora habitual de medicusmundi Catalunya desde 2009.
Laia, ya hace un tiempo que estás vinculada a medicusmundi como voluntaria, ¿qué te llevó a formar parte de la asociación? ¿Qué es lo que te atrae (o no) de nuestro planteamiento acerca del derecho a la salud?
Trabajando como técnica de Educación para el Desarrollo (EpD) en las campañas que hacéis junto con Farmacéuticos Mundi, conocí en profundidad el trabajo y los valores -el qué y el cómo- de la organización. Entre todas las razones por las que sigo encantada con la colaboración destaco dos: la primera, la transversalidad del enfoque de la defensa del derecho a la salud, con la reivindicación prioritaria del acceso a la sanidad pública universal y gratuita; y la segunda, la riqueza y dedicación del equipo humano que forma la organización.
También eres miembro del People’s Health Movement (PHM). ¿Qué es esta organización y qué importancia tiene?
El «Movimiento por la Salud de los Pueblos» (traducción en castellano del PHM) es una red internacional de activistas para la salud. Está presente en unos 70 países, conectando organizaciones de la sociedad civil, activistas a título individual, profesionales sanitarios e instituciones académicas. Guiado por la Declaración para la salud de los pueblos, el PHM desarrolla campañas, programas y actividades para la defensa y promoción de la atención primaria integral de la salud y el abordaje de los determinantes sociales, ambientales y económicos que influyen tantísimo en la salud de las personas (y tan a menudo olvidados en los programas oficiales). La importancia de este movimiento recae en su mirada amplia, profunda y reflexiva que integra las problemáticas locales en las dinámicas globales, estableciendo conexiones y sinergias que refuercen y empoderen el activismo por el derecho a la salud a escala local, nacional e internacional.
¿Por qué defiendes la sanidad pública universal y gratuita?
Defiendo el derecho a vivir con dignidad, con salud, como una cuestión imprescindible para poder disfrutar del resto de derechos: derecho a la educación, a un trabajo digno, a llevar la vida que cada uno desee vivir. Para garantizar la salud es necesario, por un lado, abordar los condicionantes sociales, ambientales y económicos de la salud, y al mismo tiempo, poder disfrutar de un acceso universal a servicios de salud públicos, de calidad, adecuados a las necesidades de cada contexto, basados en la participación popular y en la equidad. El acceso a la sanidad de calidad no puede depender de la capacidad de pago de cada persona, es una cuestión de justicia.
Y para terminar, ¿cómo animarías a otras personas a sumarse a la defensa del derecho a la salud, que les dirías que pueden hacer?
Hay tantas maneras y caminos como personas, momentos y espacios en el mundo. Trabajar y/o colaborar con organizaciones, es una. A mí me complace, me parece que así contribuyo al impacto de algo que ya es maduro y con una experiencia consolidada detrás. En todas partes hay organizaciones de la sociedad civil que se dedican a la defensa del derecho a la salud. Se trata de acercarse a ellas (¡que no muerden!), conocer en qué y cómo trabajan, y seguro que se encuentra más de una con la que se simpatiza y casi de manera espontánea, surge la colaboración. Hay muchos grados e intensidades de colaboración, pero todo, por pequeño que sea, suma.
Y porque todo suma y porque la vida no tiene precio, os animamos a que os unáis a nuestra lucha #PorelDerechoalaSalud, como dice Laia, desde la vertiente que más os atraiga, pero con la firme convicción de que la salud es un derecho humano fundamental al que no podemos, ni queremos, renunciar: nos jugamos, literalmente, la vida.