Hoy, como cada 1 de diciembre, se celebra este día internacional para reivindicar la lucha contra esta enfermedad, que afecta actualmente a 35 millones de personas que viven con el virus del VIH, en especial en países empobrecidos, y muchas de ellas mujeres.
Aunque se han lograda grandes avances, el número de nuevas infecciones que se producen cada año se ha reducido (de 3,4 millones en 2001 a 2,1 millones en 2013, un descenso del 38%, según datos de UNAIDS), se están reduciendo enormemente las infecciones infantiles y más personas tienen acceso a los tratamientos, todavía queda mucho camino por recorrer, con 19 millones de personas infectadas que no conocen su estatus y demasiadas todavía sin un acceso regular a tratamientos de calidad.
Ante este panorama, como apuntaban esta mañana en el programa els “Matins” de TV3 los doctores Bonaventura Clotet i Josep Maria Gatell, referentes mundiales en la investigación de esta enfermedad, “no podemos bajar la guardia” y es necesario seguir investigando e invirtiendo.
Pero más allá de la investigación y del abordaje biomédico de la enfermedad, es necesario seguir trabajando para romper tabús, para evitar el estigma que supone esta enfermedad, para visibilizar las luchas de las personas afectadas por sus derechos… y eso es lo que intentamos con proyectos como “Salud, derechos, acción” proyectando películas y documentales y mostrando iniciativas como la de SAFE, que utilizan el cine y el teatro para la educación y el cambio social; o con la producción de docudramas como “Silêncio da mulher” para trabajar con las comunidades rurales de Mozambique el acceso a los servicios de salud y la adhesión a los programas para evitar la transmisión del VIH de madres a bebés.
Un abordaje multidisciplinar para luchar no solo contra el Sida, sino por el derecho a la salud de manera integral, y para poder abordar esta o cualquier otra enfermedad o epidemia, como el ebola, la malaria u otras muchas menos mediáticas pero igualmente importantes, y para ello es necesario reforzar y mejorar los sistemas públicos de salud: en infraestructuras y equipamiento, en personal formado, en gestión y planificación… a través de la estrategia de la Atención Primaria de Salud que es, según afirma la Organización Mundial de la Salud, la más eficaz y eficiente para tratar el 80% de los problemas de salud de la población.