medicusmundi trabaja en Mozambique desde el año 1994. En estos momentos, un equipo de cinco miembros de la organización se encuentra en misión exploratoria en la provincia de Sofala. El objetivo es identificar una acción en el ámbito de la salud que pueda contribuir al período de reconstrucción post-emergencia en respuesta a los daños que ha provocado el ciclón IDAI.
Estas son algunas de las reflexiones y vivencias que surgen en una misión de este tipo.
CUADERNOS DE BEIRA III
No siempre se tiene la fortuna de poder ver el mundo a través de los ojos de otra persona…
Viente años trabajando en países duros enseñan mucho, y a la vez, crean una coraza alrededor del cuerpo y de la mente. Sin esa coraza, posiblemente, no sería posible continuar trabajando en este sector. Eso no quiere decir que no te afecte ver la crudeza del Sarajevo posbélico, de las fosas comunes al sur de Pristina, del desastre del Mitch en Centroamérica, de la aridez y precariedad de las comunidades del páramo andino, de las balas perdidas asesinas en Angola, de la atmósfera Mad Max de los campamentos saharauis, y un tristemente largo etcétera de ásperas vivencias. Muchas veces el impacto llega más tarde, como cuando pierdes a un ser querido, y sólo dimensionas su ausencia al cabo de los meses o años.
En este modo “operativo” trabajamos en muchas ocasiones los que nos dedicamos al mundo del desarrollo. Piensas en el proyecto, en los recursos, en las personas que mejoraran su vida, en las entidades con las que trabajarás, en los tiempos, en la fecha límite para presentar la propuesta (siempre la jodida fecha límite), en la feroz competencia para ganar la convocatoria (sí, competencia en este mundo al que llamamos cooperación)…No hay tiempo para “sentimentalismos”. Es en este modo en el que tuvimos que salir de Barcelona hace algo más de una semana hacía Sofala, Mozambique, para en muy poco tiempo, evaluar, captar información, escribir, conseguir apoyos en la post-emergencia causada por el ciclón IDAI.
Pero como decía, a veces la vida te regala oportunidades y hay que saber verlas, y no dejarlas escapar.
En la fotografía, Adriana Martínez registrando las donaciones post IDAI en el Déposito Provincial de Medicamentos de Sófala – Mangoda.
Adriana tiene viente años y es de El Salvador. Me llamó hace apenas dos meses para colaborar con nosotros. La vida le trajo a Barcelona, una bella conexión con amigas comunes nos puso en contacto. Sus ganas de entender el mundo la llevaron hasta medicusmundi en Barcelona. Tras una semanas en la sede, pidió poderme acompañar a Mozambique en el viaje de identificación a Beira. Debo reconocer que tuve unos días de duda, es muy joven me decía a mí mismo. No sabía qué íbamos a encontrar, que nivel de destrucción, de enfermedad, de caos. Una mañana, camino a la oficina una idea me atravesó el pensamiento. Yo mismo me fui con 21 años recién cumplidos a Bosnia. Hay que darle oportunidad a la gente que tiene energía, empuje, ganas, me dije.
Durante esta identificación no se ha despegado de nosotros. Ha estado en todas las reuniones, en las visitas, en los viajes, en las horas de caminos a través de la sabana, en las sesiones de conclusiones en el hall del hotel hasta la noche. Tomando nota, observando, haciendo fotos. Y preguntando y preguntado. Desde la inocencia de la primera vez, sus dudas me han ayudado a reconectar con el origen de lo que hacemos, del porqué lo hacemos, del para quién hacemos lo que hacemos. Adriana ha sido el antídoto ideal para salir del “modo operativo”, el bálsamo que necesitábamos para sanar muchas heridas y quitarnos, aunque sea por poco tiempo, la coraza.
“¿Por qué España ayuda a Mozambique?”. “Ivan, ¿Qué pensás de ONU, la OMS ayudará tras este desastre?”. “¿Cómo vamos a asegurar que nuestro proyecto va a continuar después de los dos años de financiación?”. “¿A dónde va la gente que tiene plata cuando está enferma?”. “¿Cuánto cobra una enfermera trabajando en una Unidad Sanitaria?”. “Esas mansiones de la marginal de Beira, “¿quiénes son los dueños?”. ¿De dónde saca dinero Mozambique?”. “¿Cómo se financia el sistema de salud?”… Su mente, esta semana, ha ido de lo micro a la macro sin parar, intentando entender cómo es posible que haya tanta desigualdad.
Tanto Vasco como yo nos hemos esforzado en darle respuesta, puede que a veces sin el tino necesario, aunque siempre desde lo aprendido: la constante lucha entre el progreso y los conservadores, la huella perenne de tantos años de colonia, las diferencias abismales que existen entre la cultura africana y la occidental, los intereses ocultos que muchas veces van de la mano de la cooperación, el clientelismo, las puertas giratorias, la corrupción, las medidas de ajuste estructural, las exenciones fiscales de las que gozan las multinacionales que invierten en el país, la trampa del extractivismo, las conexiones entre las elites africanas y las occidentales, la privatización de la OMS y cómo son los filántropos pseudo generosos los que marcan la agenda de la salud global, y sobre todo, el gran negocio de la salud, y cómo se olvida a la gente que no puede pagar por ella.
En la fotografía Vasco, Ivan y Adriana en un momento del viaje.
La privatización de la OMS y cómo son los filántropos pseudo generosos los que marcan la agenda de la salud global, y sobre todo, el gran negocio de la salud, y cómo se olvida a la gente que no puede pagar por ella. Es esa la tendencia global. Un modelo que se basa en el consumo, y nos consume. La mercantilización de la salud y el abandono paulatino de los servicios públicos. Ese es el verdadero ciclón.
Es esa la tendencia global. Un modelo que se basa en el consumo, y nos consume. La mercantilización de la salud y el abandono paulatino de los servicios públicos. Ese es el verdadero ciclón. Esto es lo que hay detrás del drama que han sufrido los habitantes de Sofala. Sí, el IDAI ha puesto la puntilla, pero lo cierto es que en Mozambique nunca han sentido que tienen derecho a tener salud de calidad a su alcance. Decía una gran organización de la sociedad civil salvadoreña llamada “Equipo Maíz”: Los desastres, no son naturales.
Acabando el viaje, en el vuelo hacia Maputo, cae la última pregunta de Adriana, “Ivan, ¿por qué seguir llevando la contraria a todos? ¿si el país no invierte en salud, si mucha cooperación es caridad o business camuflado, por qué seguir apostando por un ideal que nadie ya apoya? El sistema público está condenado…”
No tenía argumentos economicistas, pues siendo realista, con la escasa cantidad de recursos con los que contamos aquellos que creemos en el derecho a la salud, está claro que la batalla contra la mercantilización, o simplemente, el olvido de gran parte de la población, parece perdida. Solo me quedaba el argumento humano:
“Sólo desde lo común se podrá asegurar que la gran mayoría de Mozambique viva dignamente. No he visto jamás que funcione otra solución, en especial en países pobres. Y créeme, si la gente no tiene salud, la tensión, la lucha, la violencia están aseguradas. No habrá desarrollo sin un pueblo sano”.
Ivan Zahinos Ruiz
Coordinador de Relaciones Internacionales
medicusmundi mediterrània
Por un mundo lleno de Adrianas que se pregunten y se cuestionen sin parar, este sistema que no quiere que pensemos.
Gracias por compartir