Ellas son todas las personas que hacen posible que una ONG funcione, son las que, con su trabajo diario, hacen que todo salga adelante, aunque sus nombres no aparezcan en los proyectos, ni sean muy visibles en las actividades y eventos que puedan organizarse.

El personal de oficina de una organización de cooperación, grande o pequeña, lo conforma ese equipo multidisciplinar y capacitado que hace que todo siga su curso. El trabajar en una entidad de estas características les confiere una característica especial y es que les une algo más que un contrato de trabajo, pese a la profesionalización que sin duda se requiere, la mayoría de ellas, creen y comparten los valores fundamentales con las que se crearon estas entidades.

Son los eslabones imprescindibles de esa cadena, en la que se convierte la puesta en marcha de un proyecto y su posterior recorrido hasta que se da por finalizado.

Personas que abarcan las diferentes áreas de trabajo, desde la dirección, administración, contabilidad, área de proyectos, comunicación, logística, sin olvidar a los voluntarios, personal de apoyo etc…

A todas ellas las encontramos en las diferentes sedes de las ciudades donde la entidad tiene representación, dentro y fuera de nuestro país.

Hay un largo camino desde que en el área de proyectos se fraguan las ideas, se decide dónde, cómo y con quien se trabajará. Decisiones que llevan a consensos dentro y fuera del centro de trabajo. Implica conocer zonas y países, sus gobiernos y entornos, la cultura y sus gentes, los problemas que les afectan, las oportunidades y el margen de mejora, todo imprescindible para poder llevar a cabo acciones que tengan recorrido, que mejoren la vida de los beneficiarios, a la vez que las Instituciones locales salen reforzadas, que son las que por otra parte demandan la cooperación con la entidad.

Por todo esto, cuando se presenta un proyecto a los diferentes financiadores, muchas personas han intervenido ya en él. Y una vez puesto en marcha, la implicación de cada una de ellas es indispensable. El seguimiento de actividades, el control del trabajo, la valoración de lo que se está haciendo, la recogida de información, el darlo a conocer, el transcribirlo y presentar los resultados, son las tareas con las que se encuentra encima de sus mesas cada mañana ese personal de oficina.

El trabajo en una ONG constituye un reto permanente, y por todo esto y desde estas líneas quería dar las gracias, a todas las personas involucradas en el día a día, por estar ahí, facilitando el trabajo de sus otros compañeros, para que al final entre todos, lo que empezó con una idea, acabe convirtiéndose en una realidad que sin duda siempre dejará huella.

Equipo en Barcelona

Equipo en Alicante

Equipo en Castellón

Equipo en Baleares

Maria Elena del Cacho
Junta Directiva
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